Estas fotografías las tomé en 2011 en Los Pirineos. Los caballos eran confiados con las personas aunque el potro era receloso y siempre se ocultaba detrás de su madre. Incluso llegué a acariciarle y eso que mi perro de pocos meses los ladraba sin parar.
El contraluz era fuerte a última hora de la tarde y aproveché los animales para esconderme del fuerte sol, con el flash iluminé un poco el primer plano consiguiendo así un equilibrio de luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario